Olvidar las cosas malas, también es tener buena memoria. [1]
Autor: Gerson Eliezer Upún M.
A casi un año del
despilfarro de la consulta popular sobre el diferendo territorial, insular y
marítimo entre Guatemala y Belice, reaparece nuevamente el tema en los medios
de comunicación, se inmiscuye, más bien, como esa piedra en el zapato que no
deja dar el siguiente paso. Hay una cuenta pendiente con el país vecino y todo
apunta que difícilmente llegará a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) para
su resolución, lo cual demuestra lo mucho que falta por aprender para conducir
los procesos de diplomacia y negociación de manera eficiente, entre muchas
otras cosas. A continuación se explicará la situación muy brevemente, sin antes
advertir que en política, olvidar pronto, nunca es conveniente.
En primer lugar es
importante aclarar que el conflicto entre Belice y Guatemala es histórico, es
otro de los problemas heredados incluso desde antes de la independencia de la
Corona Española en 1821, cuya firma y ulterior intento de República Federal
Centroamericana con los países hermanos, funcionó como una distracción para las
autoridades de ese tiempo, y cuyas repercusiones crearon conflictos sociales,
políticos, económicos y territoriales entre Guatemala y Belice desde ese
entonces.
También es fundamental
mencionar que no se está disputando todo el territorio beliceño, sino solamente
el territorio que, según reclamos de Guatemala, fue ocupado ilegalmente por
Gran Bretaña desde antes de la independencia y que incluye islas, islotes y
espacio marítimo.[2]
Los acuerdos y tratados sobre estas concesiones durante los siglos XIX pueden
mencionarse en otro momento, pero lo que aquí importa es la manera en la que
este hecho ha trascendido las fronteras (imaginarias), convirtiéndose en un
problema de política exterior para la historia contemporánea de Guatemala.
Y se habla en pasado
precisamente porque el proceso de negociación sobre este diferendo ya ha
caducado. Ha sido un problema que ha llevado años por resolverse, y que con la
consulta popular realizada el año pasado se esperaba mandar un mensaje para poder
resolverlo por la vía pacífica y democrática, llevándolo entonces a instancias
de la CIJ. Algo así como haber agotado todas las instancias diplomáticas para
resolverlo, no tener éxito, y en consecuencia, tener al árbitro de justicia más
importante a nivel internacional corrigiendo algo que pudo haber sido resuelto por
las instancias locales apegándose al respeto al derecho internacional, la negociación
bilateral y el diálogo bidireccional. ¿Suena familiar?
El problema de esto es
que Belice, que también debía llevar a cabo su propia Consulta Popular,
claramente votaría por el “No”, porque dejando a un lado las razones patrióticas
o sociales que podrían florecer de este debate, sus fronteras ya habían sido definidas en su Constitución, pero que por razones históricas Guatemala siguió reclamando. Esos
distritos en disputa son Cayo, Stann Creek y Toledo, como se observa a
continuación:
Fuente:
Prensa Libre. (2017). Guatemala realizará la consulta por el diferendo con
Belice el 18 de marzo. Obtenido de: https://www.prensalibre.com/guatemala/politica/guatemala-realizara-la-consulta-por-el-diferendo-con-belice-el-18-de-marzo/
No obstante, llama la
atención que en 2008 Belice cambia su Ley de Referendo, exigiendo que para
darle validez legal a la consulta, la participación debe ser del 60% del
electorado y del 51% de votos favorables.
Para hacerse una idea
de lo anterior, en Guatemala la participación final fue del 26%, mientras que
el 73% se abstuvo a votar; el TSE
dispuso un presupuesto de Q300 millones para llevar a cabo la consulta, de los
cuales más de Q9 millones fueron destinados solamente para publicidad, y si todavía
así no se entiende la gran bofetada que esto significa para un país
subdesarrollado como Guatemala, quizás olvidar no sea tan gentil después de
todo.
¿Inconstitucional
la Consulta?
Ante lo anterior,
(Gonzáles, 2018), en un artículo para El Periódico, arguye que “nunca se
estableció un acuerdo definitivo como lo establece la Constitución Política de
la República; no habiendo establecido o negociado nada definitivo sobre las
fronteras con Belice”. Lo cual hace que tal consulta sea inconstitucional.
Sin embargo, en
múltiples entrevistas y conferencias, el exministro de Relaciones Exteriores de
Guatemala, Carlos Raúl Morales, indicó que efectivamente sí se llevaron a cabo
dichas negociaciones durante los años 1991 al 2000, pero que nunca pudo
resolverse nada, debido a que, o Belice otorgaba el distrito de Toledo
únicamente, o Guatemala renunciaba a todo el territorio reclamado.
¿Y dónde queda
Guatemala en todo esto?
En este orden de ideas,
dicha falta de acuerdo llevó a establecer una línea de adyacencia, que no es
una frontera definida, y que no concilia en lo absoluto el total abandono del
Estado guatemalteco hacia las familias establecidas en esta área, que han
subsistido en un ambiente hostil, lleno de violencia e incertidumbre, en donde
incluso han muerto más de diez campesinos guatemaltecos (reportados
oficialmente) a manos de militares beliceños durante los últimos diecisiete años.
En fin, podría
aseverarse que el problema de Belice responde a causas intrínsecas de un Estado
que no ha sabido formular una política exterior pertinente frente a los
problemas que amenazan a su seguridad nacional, y con el que, en pleno siglo XXI
sigue “compartiendo fronteras” imaginarias. Y si bien le corresponde ahora al
derecho internacional solventar este tipo de situaciones, sus implicaciones solamente
ralentizan la certeza jurídica de un Estado que no puede garantizarla; impactando
el crecimiento económico de manera negativa, beneficiando al narcotráfico, y
permeando ese estado de subdesarrollo al que Guatemala parece estar condenada.
Pero no todo es malo, Belice
ya comienza a dar señas de su posición frente al referendo, hay oposición,
recursos de amparo, y seguirán habiendo aplazamientos para no llevarla a cabo.
Esta semana, de hecho, es decisiva para que se pueda, finalmente, dilucidar si
Belice quiere llevar este conflicto a instancias de la CIJ o no, cuya resolución,
deberá cumplirse al pie de la letra. Porque al final del
día, olvidar las cosas malas sí nos permite continuar el camino, pero bajo una
sombra irremediable de arrepentimiento y zozobra. Entonces apostémosle a recuperar
la memoria.
Referencias
- · El Periódico. (2019). Belice aplaza
referendo sobre diferendo limítrofe con Guatemala. Obtenido el 6 de abril de 2019
de: https://elperiodico.com.gt/mundo/2019/04/03/belice-aplaza-referendo-sobre-diferendo-limitrofe-con-guatemala/
- ·
El Periódico. (2019). Guatemaltecos
olvidados en frontera con Belice. Obtenido el 6 de abril de 2019 de: https://elperiodico.com.gt/nacion/2018/02/08/guatemaltecos-olvidados-en-frontera-con-belice/
- ·
El Periódico. (2018). Los gastos de la
Consulta Popular. Obtenido el 6 de abril de 2019 de: https://elperiodico.com.gt/investigacion/2018/04/15/los-gastos-de-la-consulta-popular/
- ·
Gándara, Natiana & Escobar, Irving.
(2018). Guatemala pone el ejemplo en ejercicio democrático. Prensa Libre.
Obtenido el 6 de abril de 2019 de: https://www.prensalibre.com/guatemala/politica/consulta-popular-2018-guatemala-pone-el-ejemplo-en-ejercicio-democratico/
- ·
Gonzáles Davison, Fernando. (2018). Es
inconstitucional la consulta sobre Belice. Guatemala. El periódico. Obtenido el
6 de abril de 2019 de: https://elperiodico.com.gt/opinion/2018/01/19/es-inconstitucional-la-consulta-sobre-belice/
- ·
Morales, Carlos Raúl. (2018).
Conferencia sobre el diferendo territorial entre Guatemala y Belice. El
conflicto territorial, insular y marítimo. Guatemala: Escuela de Ciencia Política,
Universidad de San Carlos de Guatemala.
- · Prensa Libre. (2019). Belice aplaza referendo sobre diferendo territorial con Guatemala. Obtenido el 6 de abril de 2019 de: https://www.prensalibre.com/guatemala/politica/belice-aplaza-referendo-sobre-diferendo-territorial-con-guatemala/
Comentarios
Publicar un comentario
Gracias por emitir opinión sobre este tema. Es su responsabilidad decir lo que piensa. Procuramos mantener un nivel saludable de discusión. Si su comentario es peyorativo, abusivo o incorrecto nos reservamos el derecho de bloquearlo.